sábado, 3 de octubre de 2009

Los que ya son, y los que serán... para ellos vá..



Desde aquí puedo observar como lloran las rocas; sus últimos alientos de vida se esfuman junto a piedrecillas difundidas en el aire, juntos enlazan el vuelo infinito hacia la nada. Escucho el sonido de olas muertas en la mente de los presentes, y de los no presentes; el eco del miedo que trajo el olvido suena dentro del abismo infinito de mis pensamientos, desearía saber en que lóbulo se guardan éstos, quiero verlos ordenados pidiendo un sacrilegio a los inexistentes, a los que no escuchan, a los que no sienten. Y mañana de nuevo el amanecer me perseguirá hasta despertarme, y el sol me conducirá a través de la gente, volveré a unirme al juego nefasto de vivir sin aire, de latir sin sangre, de vagar sin sueños; me consumió finalmente el producto de la civilización más perfecta, logró sembrar en mi mente y alma la idiotez que ahora cosecha. Fingiré ser uno de ellos, uno de los que no se dieron cuenta, seguiré las reglas del ser estúpidamente perfecto; al final vendré con legiones púrpuras de mutilados y clementes hombres, en busca de los momentos que nos fueron negados, por pertenecer a una especie de soñadores...

Leo Salas.