
Como ente perdido en un mar de almas perversas,
divago asustado entre sus garras y sus fiestas,
disfrazado de una invisibilidad absoluta otorgada por el amor a las cosas bellas.
Intranquilo de verme corrompido me alejo de sus opacos delirios,
Intranquilo de verme corrompido me alejo de sus opacos delirios,
de quienes buscan en su vida un rumbo fijo,
y terminarla cuando el sol aun no ha caído.
Muy conciente de lo que me espera permanecer en esta gélida compañía,
rompo los cerrojos de la conciencia y me hundo en la fantasía.
En un cenáculo,
me encuentro rodeado de sujetos afines a lo mío,
todo es perfecto durante horas y días,
a vísperas del final un sobrecogedor terror invade mi ser,
pensar que pronto tendré que regresar a los pesados delirios
de aquellos que miran lo sombrío como el sol capaz de calentar lo infinito.