domingo, 10 de octubre de 2010

Ligero

Trepanar mi cráneo resulta delicado y peligroso en este momento. Dios ha estado merodeando por el pasillo, presintiendo lo que haré. Cada cierto tiempo lo escucho caminar, sus tacos producen un sonido sin eco que, seco, ingresa por la pequeña ventanilla de control que hay sobre la puerta. Luego de eso, se detiene, muy cerca, como si en realidad estuviera dentro, en este cuarto cerebral y dos ojos aparecen por dicha ventanilla, examinan el lugar y me encuentran en una esquina con un taladro entre las manos. Se despierta una voz silencion y me dice como en confidencia, "no me hagas entrar querido, hoy dos clientes no me han pagado", mira que coloco sobre la fría baldosa el taladro y lanza un suspiro de alivio junto con un guiño...; me da las gracias y se larga, haciendo zonar sus tacos al vaiven de una musiquilla cursi que el mismo va silvando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

llegaras muy lejos hasta tu sombra se perdera por el gran camino anelado de tus sueños....
ttfa

leo salas z dijo...

gracias..