viernes, 14 de enero de 2011

La llegada



Desde lo alto, en el borde del acantilado, vio como arribaban a la orilla los “extraños”; tenían, todos ellos, dos brazos en lugar de tentáculos, dos piernas en lugar de tentáculos, una lengua en lugar de tentáculos, ojos en lugar de tentáculos. La profecía se cumplía después de mil años: los espantosos humanos habían llegado.


Leo Salas Z

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