miércoles, 31 de agosto de 2011

Paseo Interno





Un eco de voces muertas se arrastra adentro de mi cráneo; junto a ellas, un espectro de luz se pasea por el interior de mi tronco: a través de la piel observo como una débil luz rosada recorre por la oquedad de mi cuerpo de lata, dejando tras de su paso un calor que se extingue rápidamente.
Mis ojos se han invertido dentro de sus cuencas y me permiten ver el espacio inmenso que habita dentro de mí, es un animal dormido que aspira y espira vida y muerte.
El vacío de pronto ha despertado, mira directo a unos ojos que han dejado de ser míos.
Ocupo un nuevo e indeterminado lugar dentro de ese espacio. Puedo ver ambos pares de ojos viéndose sin inmutarse. 
Veo como los ojos, junto al cuerpo del animal que antes descansaba, se levantan y se acercan despacio e indicando unos grandes colmillos blancos que de pronto se iluminan con el paso de la luciérnaga que no deja de volar aleatoriamente.
Los respiros tenues del animal se han convertido en expulsiones frenéticas de aire. Los que antes eran mis ojos no parecen asustarse. Mientras el vacío animal se acerca más a los ojos quietos, me doy cuenta que ahora soy la luz que se pasea entre el espacio: puedo controlar la dirección del calor que irradio, puedo pasearme frente a los colmillos del animal vacío y también puedo iluminar los colmillos que pronto lo devorarán todo.

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