viernes, 6 de agosto de 2010

Arrullado por el ventilador de la Computadora


El mundo se disuelve en manos de quien lo acaricia,
es la ilusión material de lo inexistente,
la Gran Broma que simplifica mucho la vida,
pero también la expande infinitamente.

Me explico:

Pedazo de materia húmeda y caliente (hasta aquí, bien podría ser una vagina)
que se derrama en sal, agua y a veces semen.
Redes de cables eléctricos (pocas veces he sentido electricidad en mí cuerpo)
magnetismo inconsciente de Mirlos, mujeres, chicles, bla bla bla, etc.

De pronto, en el ápice del último tecleo, aparece una idea vaga,
una idea inspirada por el tlac tlac tlac del teclado.
Amo escribir en hojas y a mano, en paredes, a mano, en árboles, a mano, en piedras, ..., en cuerpos, ... ..., pero no en teclados.

Volviendo a la idea de un mundo que ostenta ser un lugar que mantiene "Vida",
ésta no me la creo. Y basta con el espejo.

La resignificación de vida, entra en juego::

No conocí ser más muerto, que aquél que mira detrás del espejo.

En la soledad se pueden reafirmar muchas cosas, menos la existencia.

Preciosa soledad que nos esconde y defiende del mundo.

Mi soledad es trascendente, nace en el lugar donde estoy sentado, como un círculo aislante en el suelo, de pronto se expande hacia arriba, formando una columna que crece, y en segundos llega al borde infinito del universo y se sigue expandiendo sincronizado con él, mi pequeña soledad, digo antes de saber que no hay regreso.

1 comentario:

Mabe Vega Castillo dijo...

interesante, me parece bien frrrresco